domingo, 13 de mayo de 2007

La Edad de Bronce

La Edad del Bronce.
A fines del período Neolítico, aproximadamente 4000 años antes de Cristo, apareció el metal sustituyendo la piedra, en Oriente Medio, aunque en Europa podemos situarlo 2000 años antes de la era cristiana. La llamada Edad de los Metales comprende tres períodos: La Edad del Cobre, la del Bronce y la del Hierro.
Seguramente el hombre primitivo, primero halló los metales, y los recogió casi por casualidad, de la superficie terrestre. Así encontró oro en pequeñas cantidades al igual que la plata, que por su brillo lo deslumbraron, pero que en ningún caso podía considerarse como reemplazantes de la piedra en la fabricación de elementos útiles en su vida cotidiana.
Fue el cobre el que causó esa revolución de dejar atrás la piedra y comenzar con el uso de metales. En Europa lo hallaron en Chipre, otorgándosele el nombre latino cuprum. En América el hallazgo sucedió en las orillas del lago Superior, el mayor de los Grandes Lagos ubicado en Estados Unidos. Este nuevo material, sí fue útil, en la elaboración de objetos, sobre todo armas, de mayor poder destructivo.
El cobre fue posteriormente reemplazado por el bronce, que se obtiene de la aleación de nueve partes de cobre y una de estaño. El bronce ofrece la posibilidad de trabajarlo con mayor facilidad y produce utensilios mucho más duros. Posiblemente, los hombres neolíticos, adicionaran a la aleación, algún contenido de antimonio, para que fuera más flexible.
El lugar donde por primera vez al hombre se le ocurrió unir un metal blando a otro más blando, y obtener un metal duro, no está comprobado. Es probable que fuera en Asia, ya que en Turquestán y en Siam, el estaño y el cobre se encuentran juntos. También sucede esa situación en Europa, en España y en el País de Gales, al oeste de Gran Bretaña.
Bíblicamente se hace aparecer como creador de los metales a un no semita, llamado Tubal, que permitió su uso millones de años antes que en Europa a los habitantes de Caldea (Baja Mesopotamia) y Elam (actualmente suroeste de Irán).
Si bien ubicamos en la prehistoria la Edad del Bronce, no fue igual para toda la superficie terrestre. En la Península Escandinava fue recién en la era cristiana que el bronce reemplazó a la piedra.
Al principio se emularon las formas de la piedra, por eso las primeras hachas de bronce presentaban forma triangular y carecían de mango. Luego, comprendieron que podían darle forma al poder fundirlas. Así aparece el puñal, arma pequeña que permite insertar un mango. Paulatinamente surgieron las espadas, cuyo origen pudo haber sido producto de la civilización fenicia, que llegó gracias al comercio, al mundo griego.
Al comienzo, se usaron conjuntamente la piedra y los metales, hasta que los segundos la fueron reemplazando totalmente.
No sólo en la guerra sirvió el descubrimiento del cobre, sino también como instrumento de labranza, surgiendo la hoz o guadaña para cortar los cereales. La pala será recién posible con el hallazgo del hierro.
Con el descubrimiento de la utilidad de los metales surgió la metalurgia, aunque no hay acuerdo entre los autores cual fue el primer centro metalúrgico. La mayoría sostiene que fue en el sur del Cáucaso, en una zona comprendida entre el este de Armenia y el lago Van, en una región denominada Cólquida, donde se comenzó el trabajo con el cobre. También se lo trabajó en Chipre.
Podemos distinguir tres períodos en la Edad de Bronce:La del bronce antiguo (1500-1200 a. C), donde coincide con el período Minoico medio en Grecia, con construcción de palacios e inhumación colectiva de cadáveres. En una sociedad primitiva dedicada a la caza, a la pesca y actividades agrícola-ganaderas, la isla de Chipre comenzó a través del mar Egeo, la comercialización de metales.
En el sudeste europeo, se desarrolló la cultura de Aunjetitz, en la zona delimitada por los ríos Rhin y Dnieper. Pueblo guerrero, fueron hábiles en la explotación del cobre que usaron para comerciar con Grecia y las Islas británicas.
En Europa central se destacó la cultura de Adlerberg, en Alemania, que debe su nombre a una necrópolis, ubicada al sur de Worms. Allí se usaron pequeños puñales.
En el norte de Europa, se destacaron en este período por ejemplo, Escandinavia y Dinamarca.
En Europa occidental, debemos mencionar la cultura del Argar, en España, donde se sustituyeron las necrópolis por enterramientos individuales, donde la presencia de oro y plata destacaba la posición social del muerto. A lo alto de los yacimientos se ubicaban las Acrópolis (lugar hegemónico ubicado en las alturas). Fueron importantes sus puñales y espadas.
La etapa del bronce medio (1200-1000 a. C) Se caracterizó por la destrucción de los palacios griegos, y comenzar el nacimiento del arte de la navegación, con fines comerciales. Aparecieron monumentales edificios.
En el sureste de Europa, se destacó la cultura Hallstat, cuyo nombre deriva de una necrópolis austríaca. Tenían una nobleza guerrera, y heredaron la costumbre de los campos de urnas, de la incineración de cadáveres, y su colocación en urnas.
En el sur de Alemania, se destacó la cultura de los túmulos, montículos de tierra, con centenares de monumentos funerarios individuales, agrupados, donde estaba contenido el cuerpo o las cenizas del difunto. Aparecieron los adornos en metal y se produjo el bronce en serie.
En el período del bronce reciente (1000-900 a. C) ocurrió la transición hacia la aparición del hierro, iniciándose en Grecia el período micénico, con gran transformación cultural, donde los metales preciosos aparecieron en las tumbas como símbolo de poder. El crecimiento metalúrgico del oeste europeo originó hacia allí, desplazamientos migratorios.
Así surgió una clase poderosa, dedicada a la explotación y comercio de yacimientos metalíferos, que suponía contar con embarcaciones adecuadas y acondicionadas para largas travesías. Fue también el origen del urbanismo. En la nueva sociedad aparecieron los oficios de herrero y orfebre con un papel importante.

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