domingo, 13 de mayo de 2007

Guía básica del antiguo Egipto.


El Antiguo Egipto
El antiguo Egipto se conserva actualmente ocupado territorialmente por la República árabe de Egipto, con casi 60.000.000 de personas.
Es un territorio seguro, ya que está protegido por fronteras naturales. Al Oeste, el Desierto de Libia, al Este, el Desierto Oriental, al Norte, el mar Mediterráneo y al Sur, las cataratas.
El Nilo, lo recorre de Sur a Norte, y aporta la humedad imprescindible a esta región de elevadas temperaturas, desértica y con lluvias escasas, siendo además un importante medio de comunicación.
Este río, tiene períodos de crecidas, que provoca inundaciones. El agua, al evaporarse, deja depositado una capa de limo fértil, que determina la existencia de dos zonas cultivables: una en el Sur, llamada, el Alto Egipto, en el valle del río y la otra, al Norte, en el delta que se forma en la desembocadura del Nilo, en el Mar Mediterráneo. Estas zonas fueron llamadas por el historador griego Heródoto, el “don del Nilo”.
Con el Nilo, como centro cultural y productivo de la región, se desarrolló esta antigua civilización, cuya historia podría remontarse al año 3100 a.C, extendiéndose hasta el año 332 a.C., aunque ya en el año 5000 a. C, se habían asentado allí las primeras comunidades agrícolas, organizadas en diferentes clanes, gobernadas por sus respectivos jefes.
A lo largo del tiempo, los clanes fueron formando entre sí unidades políticas mayores, al integrarse en forma pacífica o por guerras entre ellos. Así se constituyeron dos focos de poder, el del Norte, llamado el Bajo Egipto y el del Sur, llamado el Alto Egipto, cuyos territorios se unificaron con un jefe común, en el año antes citado (3100 a.C), con la invasión del grupo residente en el Norte que se apoderó de las tierras del Sur.
Es en esta época cuando se designó su primer rey, siendo su nombre, Menes o Narmes, al que llamaron faraón, y que fue considerado un Dios sobre la tierra. Por este motivo a su forma de gobierno se la ha denominado monarquía teocrática. Era un gobierno absolutista, y hereditario, con concentración en la figura del gobernante, de todos los poderes del estado: político, judicial y militar, siendo dueño de su pueblo y de todas las tierras bajo su mando.
Son muchos los símbolos que lo distinguen del resto de los humanos, para hacer de su persona alguien que participa de la naturaleza divina. Usaban por lo general, una doble corona o pschent, como símbolo de la unificación del Alto Egipto, representado por una corona blanca y el Bajo Egipto por una corona roja. La corona azul se relacionaba con la guerra. Fue representado en pinturas, relieves y esculturas manifestando su poder. En vida se lo identificaba con el dios halcón, Horus y luego de su deceso, con Osiris, dios de los muertos.
Era una sociedad profundamente jerarquizada, donde la clase más importante estaba constituida por la nobleza, integrada por el faraón, su familia, y los altos funcionarios, que eran el visir, (funcionario administrativo, judicial y recaudador de impuestos), los altos sacerdotes (que interpretaban la voluntad de los dioses) y los jefes del ejército con funciones militares.
Si bien fueron un pueblo guerrero, su poderío militar dependía de las fuerzas extranjeras, al servicio del país.
Las clases superiores vivían de manera sumamente confortable. Sus viviendas eran de madera y ladrillos, secados al Sol, decoradas con suntuosas artesanías. Realizaban fiestas y consumían exquisitos manjares.
Por debajo de la nobleza se ubicaba la burocracia, formada por los gobernadores de provincia, denominados nomarcas; los escribas (trabajo muy importante, ya que sólo ellos dominaban los caracteres complejos con que se representaban por escrito sus palabras); los que se ocupaban de la administración del tesoro, etcétera.
Por último, hallamos al pie de la escala social, a los que mantenían a las clases privilegiadas, trabajando para ellos. Los artesanos, que se desempeñaban en las aldeas y ciudades y los campesinos, que trabajaban la tierra, principal actividad de esta economía esencialmente agrícola, debiendo aportar tributos que consistían en la mayor parte de su producción, que eran acopiados en los almacenes reales, para su redistribución por el estado, entre los sectores no productivos, y entre toda la población , en épocas de escasez, con obligación, además, en épocas de imposibilidad de la actividad agrícola, por la crecida del Nilo, de construir represas y canales de riego, participar en la construcción de las obras públicas, trabajar en las canteras y en servicios militares. La vida del campesino era dura, era analfabeto y no tenía descanso en su tarea, salvo al mediodía.
Otra actividad importante la constituyó la ganadería, criando vacas, asnos, cabras y cerdos.
Con respecto al comercio, actividad que estaba a cargo del Estado, se practicaba con el Cercano Oriente, del que importaban entre otros productos, madera, piedras y metales preciosos a cambio de cereales, papiros y textiles.
Su religión era politeísta, siendo Amón-Ra, su Dios principal, ofreciéndose a sus divinidades, culto en los templos.
Consideraban que la vida continuaba luego de la muerte, tras el juicio celebrado por Osiris, que decidía si correspondía al muerto alcanzar la vida eterna, de acuerdo al peso de su corazón, corroborado en una balanza, que a partir de allí, se transformó en el símbolo de la justicia.
La momificación fue el procedimiento utilizado para impedir que el cuerpo se deteriorara, y luego del cual, el cadáver era puesto en sarcófagos de madera o piedra, que eran colocados en las pirámides, tumbas gigantescas, donde se depositaban las provisiones que se consideraban necesarias para su vida en el más allá.
La cultura egipcia se destacó por su alto grado de desarrollo. Crearon tres sistemas de escritura, que fueron apareciendo en forma sucesiva, a medida que la fueron perfeccionando para hacerla más accesible y menos compleja.
La primera fue la jeroglífica, con más de 750 complicados signos, grabados sobre piedra, y usada para escritos reales o sagrados. Esta escritura fue descifrada, por el egiptólogo francés Champollion, estudiando el texto contenido en la denominada piedra de Rosetta, que incluía además de los caracteres jeroglíficos, inscripciones demóticas y griegas.
Cuando lograron reemplazar la piedra por el papiro, extraído del tallo de una planta, que cortaban y aplastaban formando láminas delgadas, crearon la escritura hierática, que permitía escribirla con tinta y que reducía el número de signos. Eras usada por los sacerdotes.
La última evolución la constituyó la escritura demótica, utilizada por los escribas en sus tareas administrativas.
Pudieron llevar una contabilidad adecuada de sus ingresos y egresos, y realizar grandes obras arquitectónicas, gracias al ato grado alcanzado en su desarrollo, por la ciencia matemática. Se destacaron también en astronomía, creando un calendario solar, de doce meses, de treinta días cada uno, más cinco días adicionales.
Conocieron tres estaciones: las de inundación, siembra y cosecha, que duraban cada una, cuatro meses, basados en el régimen del río Nilo.
La medicina egipcia, alcanzó gran especialización, sobre todo por el uso de la técnica de la momificación, que les permitió tener un amplio conocimiento anatómico del ser humano.
Artísticamente, su legado es esencialmente valioso, en sus expresiones arquitectónicas, usando la piedra, como elemento básico de su construcción, lo que permitió que las obras pudieran conservarse.
Crearon fabulosos templos y tumbas (pirámides primero, y luego hipogeos, tumbas cavadas en las rocas), que demandaron el trabajo forzado de innumerables personas. Esta tarea fue realizada por esclavos, cautivos de guerra, que la hacían con respeto y sometimiento, con la convicción de obtener su recompensa en la vida ultraterrena.
La escultura y la pintura eran complementarias de la arquitectura. La primera tenía como objeto a representar, los dioses, los faraones y sus familias. La segunda, se ocupaba fundamentalmente de temas religiosos, teniendo un sentido mágico, aunque también se representaban temas cotidianos, como por ejemplo, en las tumbas, donde se pintaban imágenes del difunto en tareas habituales. Las figuras humanas, proporcionales a su jerarquía, se plasmaban con el ojo y el torso de frente, y la cabeza y las piernas de perfil. Las mujeres aparecían menos retratadas que los hombres, ya que aparentemente tenía menor importancia social, dedicándose principalmente a las tareas del hogar.
El canto y la danza estuvieron muy desarrollados, sobre todo asociados a las honras funerarias. Entre sus instrumentos musicales, se destacaron, el sistro, planchas de metal que provocan sonido por percusión, la flauta, el clarinete, la trompeta, el arpa, las castañuelas, el tambor y la lira.
En la historia de este pueblo de la antigüedad podemos reconocer ciertos períodos:
El Arcaico (3100 a. C.-2750 a.C.), corresponde a la unificación del Alto y Bajo Egipto, estableciéndose la capital en Menfis.
El Antiguo (2750 a.C.-2250 a.C.), período de gran poder divino del faraón.
Primer período intermedio (2250 a. C.-2025 a.C.), donde los abusos del faraón, provocaron reacciones sociales que debilitaron su poder y el estado se dividió. Los nobles lucharon entre sí, desafiando el poder real, situación que aprovecharon pueblos sirios para invadir el país
Reino Medio (2025 a. C.-1785 a.C.). Se unificó nuevamente el estado, con capital en Tebas, bajo el reinado de Mentuhotep III. Este período llegó a su apogeo con los reinados de Sesostris III, y su hijo, Amenemes III, que extendieron las fronteras del reino y realizaron importantes obras públicas.
Segundo período intermedio (1785 a.C.-1539 a.C.) Se produjo la invasión de los hicsos, pueblo guerrero y salvaje que combatían a caballo o en carro, y que sin mucha dificultad tomaron el estado, sembrando a su paso destrucción y muerte.
Al este del delta, en Avaris, los hicsos, construyeron una fortaleza, como sede de gobierno desde donde impartían las órdenes hacia Siria y Egipto.
Imperio Nuevo (1539 a. C.-1070 a. C.) Es un período brillante para Egipto. Se logró expulsar a los hicsos, gracias a la acción del príncipe tebano Amosis, restablecer el poder de los faraones, realizar importantes obras públicas, fortalecer el comercio y extender las fronteras del estado, hacia el Este, hasta Siria y Palestina, y por el Sur, hasta Sudán.
Tercer período intermedio (1070 a.C.-525 a.C.) Se produjo la invasión de los asirios y de pueblos africanos, aprovechando conflictos internos.
Período tardío (525 a.C.-332 a. C.) Luego de soportar la dominación persa, y luego de algunos años de vida independiente, Alejandro de Macedonia, se apropió del territorio.

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